Pedaleamos una hora por un ripio agradable con un hermoso paisaje, nada más ni nada menos que el vergel de la pequeña Cuzco, como llamaran los Incas a la zona de Cachi – Payogasta allí nos esperaba Don Alfonso con dos docenas de empanadas recién fritas, hicimos los honores del caso, desayunamos y seguimos, hasta Palermo donde nos las comimos todas, en la casa de Anastasia Diaz, continuamos subiendo de 2.400 a 2.800 donde un cardo desparramado entre el ripio nos pinchó la trasera, demoramos 48 minutos para repararla, Meta pedal y subida, comenzó a refrescar y al bajar el sol, llegamos a La Poma a las 2030 hrs. Hechos papa después de sólo 60 Km. pero otra vez a 3.000 MSNM fuimos a lo de Miguel y Margarita Mamani que nos esperaban con el calefón lleno de leña y milanesas con papas fritas y huevos fritos, nos bañamos y cenamos porción doble. Después del postre Margarita nos preparó dos tecitos de coca y luego nos reunimos con los Caciques del Acay a debatir sobre la ruta y el clima que según decían no había oscurecido bien y podía amanecer peor, ventoso y frío, eso en altura puede ser peligroso el viento sopla a más de 150 Km/h y la temperatura desciende bruscamente. Si consideramos que en un día normal de 30º a los 5.000 mts. A la misma hora la temperatura es de 3º bajo cero, sin viento, suerte que al medio día Salta en superficie tiene temperaturas de 45º por lo tanto a esa altura tendremos 12º, la fórmula es sencilla la temperatura baja 2º por cada 300 mts de ascenso. Otro factor es que pedalear a más de 2.500 mts. Cuesta tres veces más que al nivel de la ruta 2 y el consumo de agua y comida se triplica, considerando que el apetito baja y a sed también se torna difícil mantener un equilibrio lógico. Después de otro té, nos fuimos a dormir.Así fue amaneció frío, ventoso y con algunas nubes lenticulares, éstas presagian nevizca y vientos fuertes en altura, aceptamos el consejo y nos quedamos un día más. Parecía dudoso que al otro día mejorara, cosa que los expertos afirmaban unánimemente. Sucedió según lo previsto, mejor que el weather channel, amaneció excelente, saludamos a Margarita y Miguel Mamani, la noche anterior nos habíamos despedido de Héctor Diez Gomez y de Miguel, el que conocía la vívora de siete cabezas del Abra del Acay; todos ellos eran los expertos y nos aseguraron que tendríamos buen clima por tres o cuatro días, sin mucho viento ni temporal. Buen Prono y mejor augurio, “que la Virgencita los guíe y los acompañe”fue el de Margarita, que se había preocupado por la cantidad de milanesas que habíamos cenado el primer día, decía: “ la gente se apuna y la comida le cae mal, comieron mucho”, a mí lo que me cae mal es el hambre y las mila estaban riquísimas. Besitos y abrazos cariñosos y sinceros, David, con sus casi 2 mts de altura, miraba como extrañado, hasta que lo abrazaron a él y se ablandó un poco, para comentar más tarde, en inglés punoso (léase spanglish apunado) “qué gente querendona”. Pedaleamos duro de las 0930 hasta las 1310 hicimos 20 Km llegando a la escuela zonal del paraje El Saladillo con una altitud de 3.400 mts.
Almorzamos junto con el maestro Santiago y algunos de los alumnos luego emprendimos la pedaleada a las 1530 ya la torpeza, el cansancio y la altura se hacían sentir, a tal punto que crucé un vado con las zapatillas puestas y me dí cuenta cuando se me helaron los pies, juntamos unos doce litros de agua de ese río ya que nos habían advertido que los dos próximos no eran potables, el Blanco y el Amarillo.
David se adelantó y nos esperó en lo de Don Zerpa, Paraje La Quesera a 3.800 MSNM y tan solo 25 Km de La Poma, en dos horas subimos 400 mts, recorrimos 5 Km. y Cruzamos cuatro vados. David saludó y siguió hasta La Damiana debía subir 100 mts. En unos 2 Km, prefería dormir bajo techo. Nosotros armamos la carpa, cenamos “polenta a los cuatro quesos” dividido dos porque solo había queso de cabra y de vaca y la salsa era de tomate disecado, pero salió buenísima!, ¿sería la altura?, a las 1900 nos fuimos a dormir. Por la mañana del miércoles 20. desayunamos, desarmamos todo, sacamos fotos,
saludamos y seguimos subiendo, cruzando vados helados, por supuesto sin zapatillas, pinchando, como era nuestra costumbre, inflar era un suplicio, peor que pedalear, ardían los músculos de los brazos, parecían tener vidrio molido adentro, las manos torpes hasta que al medio día el sol calentó un poco y almorzamos junto a una Yareta un árbol enano que parece un musgo, por lo abigarrado del follaje, crecen sólo a más de 3800 mts. La encontramos a Flavia (hija de Damiana) nos contó que David había dormido en la casa de la mamá, una casita de adobe de 3 x 4 mts y 1,50 de altura, a las 1540 llegamos a la casa de Flavia, ella llegó junto con unas llamas por la ladera de la montaña. La construcción era similar de adobe y piedras pero más grande, tenía comedor y una habitación. Cocinamos polenta y nuestra anfitriona tenía sopa de sémola con charqui de león (puma) y llama, compartimos la comida a la luz de una vela, en una mesita pequeña y sillitas como de jardín de infantes, escuchando la radio; luego nos dio unos cueros de oveja y llama para poner en el piso de tierra y cubrirnos, ella se llevó el mismo equipo y se fue a dormir al otro cuarto.
Día siguiente se abre la puerta y aparece Flavia, con un hola..ahh! desayunamos, nos despedimos y emprendimos otro día más de subida estábamos en el Km 32 faltaban 14 para el Abra y debíamos subir 1.000 mts. Partimos a las 1000 hs. La temperatura era de 0 grado lo que ayer era agua hoy estaba todo congelado, al mediodía había subido a 14º parecía el caribe, el sol quemaba y comenzamos a poner en practica el pedal-treakking, obligados por la presencia de arena en el camino y piedras muy grandes que presagiaban porraso, así que parábamos nos bajábamos y caminábamos unos metros, volvíamos a subir y a pedalear otra vez, con mucha lentitud y torpeza a las 1630 estábamos a 4.600 MSNM y comenzaba a oscurecer, la temperatura había bajado abruptamente, 2 grados bajo cero, a pesar de tener un cielo diáfano el sol se ocultó detrás de los picos nevados y comenzó un vientito, aunque suave, bastante fresco, inmediatamente descendimos unos 600 mts de distancia, camino abajo, esto nos produjo una sensación de inmensa alegría, hacía mucho que no viajábamos a más de 10 Km/h y sin pedalear!! Rodar sin esfuerzo, ¡qué Líndo! Se acabó enseguida llegamos en un suspiro a los 4.500 mts. de altura armamos campamento en unas pircas que habíamos visto durante la subida. guardamos las caramagnolas en la bolsa de dormir, preparamos la cena queso, puré de papas deshidratado y sardinas, chocolate de postre y té de coca, comimos dentro de la carpa y dentro también de la bolsa, al revés del dicho sin prisa y con pausa, a las 1820 hs. Con tres pares de medias, dos calzas, remera, buzo, remera, campera, polar, dos gorros de pelo de llama y guantes; parecido a dos cebollas, dentro de la bolsa nos dispusimos a dormir; a las 0030 asomé el ocico por el cierre para ver si todo estaba en orden, parecía haber entrado en una cámara de frío, el termómetro del reloj de Eli, que habíamos dejado afuera, registró 15º bajo cero, medimos la temperatura en la carpa y era de 6º bajo cero dentro de la bolsa había 17º dormimos cómodos pero con bastante viento, el sobretecho gualdrapeaba como mayor de capa en tormenta, por suerte habíamos agregado algunas piedras al pircado y esto nos protegía, también los vientos del igloo estaban con varias piedras encima de las estacas esto ayudaba bastante, parecía querer correr la montaña. Recién cuando el sol pegó sobre la carpa pudimos salir.. de la bolsa ¿y de la carpa? Ni soñando, yo había salido a las 0714 estaba todo escarchado, helado, de color blanco azulado, foto, desagote rápido y adentro,
, soplaba un viento gélido, traté de no tocar los parantes ni la tela del sobretecho por la temperatura se tornan muy frágiles y se pueden romper. la pava estaba fuera de la bolsa, pero dentro de la carpa, llena de hielo prendí el calentador y desayunamos a las 0920, comenzamos a acomodar todo, puse el reloj arriba de una maderita y marcó 8º bajo cero, resulta que el pircado estaba al ras del precipicio en una saliente al costado del camino allí nos dimos cuenta que a escasos 4 o 5 metros se acababa el mundo, doscientos metros abajo el río helado sonreía, nos estábamos acostumbrando o las cabras nos contagiaron. Hora de pedalear, las 11 de la mañana, rumbo al cielo porque gracias a Dios no habia nubes, faltaban 3 o 4 Km y unos 500 mts. en altura. buscando una vincha recordé que la había dejado afuera, en la casa de Flavia y me la comieron las cabras, ¿por qué la dejaste afuera? Pregunta Eli, porque estaba chivada! Y el agua del río estaba muy fría a esa hora para lavarla. La ruta, que a esta altura es una huella, se torna difícil, con arenales, piedras que caen de la ladera, hielo, lajas con moho, todo un derroche de obstáculos muy bien puestos como para hacer más entretenida la subidita, que vista de abajo parece imposible de trepar. Hay que agregar que con las dos cubiertas Michelin con que salimos de mardel hubieramos andado bien pero la delantera la reventamos en Chicoana y la local que supimos conseguir no era muy adecuada para esta zona. Entre curva y curva recordamos un escrito que leímos de Tony que decía: “Raíd ciclístico a la antigua, no hay teléfono, ni radio, ni vehículo de apoyo, estamos completamente aislados de nuestro mundo cotidiano librados a nuestros propios recursos”. Cuanto de cierto, Artículo del diario Cronica del 12 de Julio de 2003 “en bicicleta a las nubes” referido al cruce del Abra del Acay.
http://pedalygarra.blogspot.com/ También cuenta que toda la zona, Acay incluído es el gran cementerio Inca.
Habíamos juntado 12 Lts. De agua para la subida y quedaban sólo las dos caramagnolas casi llenas o casi vacías, estaban por la mitad, ver el lado positivo de la cosa nos sirvió de mucho siempre y amén de estar casi llenas teníamos la ventaja de llevar unos once kilos menos de carga ya que nos habíamos tomado 11 Lts. de agua, qué bién! Estábamos subiendo nuestros cuerpos más los 18 Kg de la tandem, mas 52 Kg de equipaje ¡nada más! Aunque a estas alturas pesen como quinientos. Imposible moverse rápido y peligroso nos decía Don Alfonso, si falta el aire o se marean acuéstense boca abajo, hagan un hueco en la tierra y respiren lento y prolongado; Juan nos había dicho que nos pusiéramos en cuclillas respirando tranquilos y si no pasa bajar 500 mts. No hizo falta, pero gracias por el consejo. Los tramos de arena o de piedras sueltas eran a pie, el resto pedal y garra,
llegamos a ver una V lo que parecía el Abra la ante ante ante penúltima cuesta, va la pregunta de rutina: ¿ Eli, cómo estás? Resp: cansada, pero bien, entera, uff!!, ¿querés que volvamos? Resp: ¡¡Estás loco¡, falta tan poco, subite que se terminó la arena. Contundente¡!Viernes 22 1405 hs. Doblamos pedaleando una curva y detrás de la próxima subida la curva final YA!! Se vé La Apacheta ENORME. Parece una pirámide egipcia, se acabó la fatiga pedaleamos con tantas ganas que llegamos al cartel a 12 Km/h, en menos de 5 minutos, la hermita, la Virgencita, vino el abrazo, la oración, las piedras en la apacheta, las fotos, ¡Qué alegría!! No hay premio, ni podio, no te espera nadie, pero igual se te llenan los ojos de lágrimas y se esfuman los dolores, el cansancio y la alegría del logro te invade; 4.895 MSNM dice el cartel, 5.005 el altímetro, parece que miente a favor de su patrona.
La tandem apoyada en el cartel aguarda la bajada con todo su equipaje, casi todo fue utilizado, menos los repuestos, que parecen amuletos, no se usaron, pero están por las dudas, ejemplo vívido, los rayos y la llave que nos regaló Pocho de Atlántida, Uruguay cuando rompímos la rueda trasera en la subida del Pan de Azúcar en el Repecho de Ramallo y él la reparó; nunca más rompímos rayos. ¡Gracias Pocho!
A las 1510 emprendimos el descenso, soplaba viento y la temperatura era de 8º la euforia nos hacía sentir calor, ya disfrutamos de nuestro Aconcagua, ya hicimos cumbre, ahora a bajar…
A la consulta por “el abra del acay”
De Wikipedia, la enciclopedia libreEl abra del Acay se considera el paso carretero más alto del mundo sobre una ruta nacional, y se encuentra en la Provincia de Salta en Argentina. Su altura máxima medida por GPS es de 5061 metros sobre el nivel del mar, aunque su cartel (antiguo) diga que su altura sea de 4968 msnm).La National Geospatial Inteligence Agency http://www.nga.mil/ da una altura de 5.088
Para Sebastián Vázquez Zarzoso, Cicloturista Salteño, que cruzó dos veces el Abra, su GPS midió 4.972m. Nuestro Altímetro opinó que 5.005m era la información que debía darnos:
en el segundo viaje de Sebastián marcaba 4.971 mts. casi lo mismo que el anterior Consultando la Web por “la ruta más alta del mundo” La respuesta es:
De Wikipedia, la enciclopedia libre
La carretera del Karakórum es la carretera internacional más alta del mundo. Conecta China con Pakistán a través de las montañas del
Karakórum. Conocida por los chinos como la "autopista de la amistad", atraviesa el
paso de Khunjerab a una altitud confirmada de 4.693 metros sobre el nivel del mar.
O los metros de allá son distintos o la diferencia es que la ruta 40 es Nacional y la Karakorum es Internacional, pero 4.895 es más alto que 4.693
Continuamos con el relato. La bajada bastante áspera, mucho serrucho, ya no nos clavábamos en la arena pero sí derrapábamos, en 40 minutos bajamos 1.100 mts. Subió la temperatura, nos desabrigamos y seguimos disfrutando el avanzar sin pedalear, habíamos cargado suficiente energía cinética como para seguir gratis hasta el empalme con la ruta 51. Pufffffff se pinchó la delantera, al ratito nomás, una lajita, claro si los indios hacían puntas de flecha con ellas. Cambiamos cámara y seguimos, las manos y los brazos doloridos por lo desparejo del camino las derrapadas en las curvas, hay que ver que la tandem es como un semi remolque arrastra peso atrás y se cruza, resulta divertido, a los 20 minutos otra vez pufffffffff esta vuelta chau cámara, no importa total tenemos cuatro, cambiamos y seguimos, (seguimos bajando y pinchando)al rato, habiamos hecho 12 Km, reventó cámara y cubierta. Consulto con el Dpto. Repuestos y me informan que el stock era de 1 cámara y una cubierta Michelín en estado deplorable. Decidimos comer algo o sea almorzar, mientras armo la Michelín con un par de manchones y una banda hecha de cámara cortada para darle más agarre, tenía unos cortes y como era de Kevlar parecía que resistiría más que la otra que estaba casi totalmente destruída y finita, el único auxilio disponible era el 0800-GOOD (creo que no hacía falta molestarlo por esta estupidez). Inflamos y quedó como de fábrica rodaba muy bien y además era más ancha y especial para arena y este tipo de terreno era una Wild Gripper pura sangre. Almorzanos y apareció una Mitsubishi con una pareja, una niña y una beba, único vehículo que cruzamos desde La Quesera, en tres días, paran y nos ponemos a charlar, nos pidieron agua caliente y como estábamos calentando la comida juntamos agua del río la calentamos y les llenamos el termo, contentos que podían tomar unos mates nos ofrecieron llevarnos a San Antonio, muy agradecidos les dijimos que preferíamos disfrutar de la bajada y del paisaje a bordo de la bici. Seguimos el descenso, una maravilla sin pinchar y con mejor tenida, igual ibamos frenando para no correr riesgos de desbande de la delantera; a casi 4 Km de la ruta 51 encontramos un médamo que cruzaba la ruta un arenal enorme parecía la Bristol, casi 2 Km patinando o caminando. Pasó la ambulancia de Cobres y también nos ofreció llevarnos, nos costó más, mucho más decir que no. Ya de noche llegamos al cartel que anunciaba San Antonio 15 Km, pero… y el asfalto? Seguía el ripio, la 51 no tenía asfalto, era de ripio, más serrucho y ahora tráfico de camiones que pasaban bastante rápido. Prendimos las luces, las traseras son dos LED rojos de alta luminosidad y están separados 50 cm justo al borde de las alforjas, parece que se ven muy bien porque los camiones pasaban por la otra mano y se abrían antes dejando mucho espacio, las delanteras son dos de 6 y 8 LEDs blancos alumbran unos 80 a 100 mts. Se viaja cómodo, se vé bien. Refescó bastante, los 15 Km tienen subidas y bajadas, serrucho y también arena, muy divertido, volvimos a entretenernos saludando a los que venían de frente, haciéndoles guiño de luces, como siempre los únicos que respondían era los camioneros, uno pegò unos cornetazos que parecía un tren, a las 2310 vimos las luces amarillas de San Antonio de los Cobres, una pequeña subida más y la bajada hasta la hostería de las Nubes, Cantados de frío, hambre, mugre algo cansados (leer reventados), pero muy contentos. Bajé y fui directo al recibidor, me atiende una Sta. muy amable, que mientras pasaban los nanosegundos, su cara se transformaba en duda, preocupación, ¿algo de miedo?, mezcla de misericordia, terror, clemencia; pregunto si aceptan tarjetas, me responde que no, solo efectivo, le comento, que mi efectivo eran 28 pesos que veníamos del Acay y me dice: “Sr. Tomen la habitación, péguense una ducha, cenen, duerman, se reponen y mañana , sin apuro vá al cajero del pueblo y lo resuelve”. Así fue, al entrar en la habitación había un espejo, y… que hace el paisano, ¡se mira!! ¡Huuuyy! Y ese ¿Quién es? En ese momento entendí la cara de Beatriz la Gerente, una vez bañado, cosa que demoramos una hora y media, y eso que nos apuramos!, parecía de mejor familia y al otro día ni te cuento.
Al otro día… Nos levantamos bién temprano, eramos los primeros en desayunar, qué cosa el hambre y el sueño, (y en ese orden), repetimos y en definitiva nos sirvieron cuatro desayunos, luego salimos a pasear por SAC un pueblo minero típico, subimos al cerro, banco, telefónica, familia y amigos avisados, seguía la euforia del Acay, mañana será una aventura más. Emparchamos las tres cámaras y compramos más parches, trajimos 25 y el saldo eran 6, también dos cámaras, para cortar la racha, cortamos botellas de PET (las de gaseosa lisas), en tiras de 4 cm, las armamos entre la cubierta y la cámara, así nos dijeron los lugareños, que evitaríamos que las espinas pasen el plástico. De regreso a la hostería nos invitaron a cenar unas pizzas y nosotros preparamos unos Kartofel Puffer, cocinamos entre todos, realmente una fiesta, motivos el cruce del Abra y conocer gente linda, nos invitaron a quedarnos un día más y así fue al otro día conocimos el viaducto la polvorilla junto a Beatriz y al padre que nos llevaron muy gentilmente, al regreso conocimos a Miriam, Pablo, Graciela e Iván, eran Mendocinos y venían de Chile; a la noche nos invitaron a cenar, resulta que era el cumple de Miriam y lo festejamos con tortita y todo.
Martes 26, desayuno muy abundante, las caras tristes por la despedida, pero debemos y queremos seguir, la vida continúa y hay que pedalearla, fotos besitos, abrazos. Qué lindo que la pasamos en la Hostería de las Nubes!!.
Rumbo a Salta, 1020 hs. Lindo sol, fresco, subimos una cuesta, dimos una y otra curva y chau San Antonio, ripio y al costado la vía del tren a las nubes, almorzamos y seguimos el ascenso 400 mts para llegar al Abra Blanca, llegamos a los 4.080 MSNM la Apacheta, La Virgencita, fotos y
y al descenso directo a Salta, otra vez serrucho y piedras grandes, habíamos pasado carga atrás para alivianar la delantera y luego de unas horas a unos 50 Km la pendiente había mermado, estábamos llegando a Tastil cuando la explosión de la trasera, nos hizo parar, al revisarla reconocimos la imposibilidad de continuar, se había partido el labio de la llanta y cortó la cubierta, pensamos poner un manchón, envolver la cubierta con cámara cortada, pero la llanta sin labio no resistiría el peso, estaba muy gastado el otro labio y se había doblado la base por la tracción de los rayos, amen la rueda era un ocho y 70 libras ese arreglo no las aguanta. Conclusión: siendo las 1720 haremos dedo un rato y luego armamos la carpa y al otro día a las 0700 pasa el Quebradeño (Bus local).
¡Viene un Camión, nó es el Movitrack ¡! (un camión carrozado como bus para excursiones) A las señas responde parando una Suzuki Vitara, nos presentamos y en el dialogo surge el porqué se rompió la llanta, las frenadas de las tremendas pendientes del Abra del Acay y ahora el remate, la del Abra Blanca, Raúl, el dueño de la Vitara, dice: “yo no dejo colgado en la ruta a dos que cruzaron el Acay!” Así que arriba, metamos las alforjas adentro, atemos la bici a la rueda de auxilio y vamos a Salta. Una vez en la ciudad, más relajados combinamos para cenar juntos y festajar el auxilio exitoso, Coti y Raúl son de Gral. Roca, Rio Negro, Raúl había cruzado el Acay en moto, y sigue haciendo turismo con su Transalp, suerte que esta vez venían con la Suzuki!. Al día siguiente fuimos de shopping a las bicicleterías del centro, compramos dos cubiertas nuevas una Michelín Wild Gripper y una Maxxis Ignitor, llanta nueva y a trabajar, cambio de los 4 patines de freno traseros, lleva doble Vbrake, aunque los habíamos cambiado en Cobres, los del lado de la rotura habían volado, regulamos cambios
Salimos el miércoles 29 de setiembre a las 1215 hacia el Norte por el camino de cornisa, almorzamos al salir de la ciudad en un puesto de empanadas, justo a pocos kilómetros de empalmar la ruta vieja, el camino es angosto y muy pintoresco,
va zigzagueando al costado de la montaña, después de tres horas de pedal entramos en La Caldera un pueblo hermoso de casas coloniales muy bien mantenidas, paseamos y conocimos a Mónica y Horacio, periodista y camarógrafo, que nos estaban buscando para hacernos una nota, por el cruce del Abra del Acay, dándole más protagonismo a Eli por ser la primer Mujer Argentina en cruzar a bordo de una Tandem. Era para el canal 2 del cable de Salta. Al atardecer nos arrimamos al camping, armamos el igloo, comimos y a descansar.
Día siguiente partimos por la cornisa hacia la yunga, parece la selva, fuimos subiendo hasta llegar al Abra Santa Laura, límite entre Salta y Jujuy allí almorzamos en unas mesitas de la ruta. Luego después de unos 14 Km, al bajar, una serie de piedras sueltas (parecían del tamaño de una gallina) que estaban en el medio del camino después de una curva, logré esquivarlas pero al derrape rocé una y golpeó el cambio y se rompió, lo desarmamos y con una piedra, a modo de martillo, en una tranquera, pudimos enderezarlo y atado con alambre resultó que funcionaba aceptablemente para la ocasión, andaban 4 de los 8 piñones, suficiente, nos llevó a Jujuy donde compramos uno nuevo, durante el paseo por la ciudad
Sabíamos que el Sábado y Domingo se hacía la fiesta de la Vírgen del Rosario en Iruya, como intentamos no pedalear dos veces el mismo camino, decidimos ir en bus, así llegaríamos a tiempo para la celebración y al regreso pedal y garra. El viernes viajamos en el bus local de la empresa Evelia que nos cargaron la tandem sin desarmar, entra justa a lo ancho de la bodega, al llegar a Humahuaca, paseamos almorzamos y compramos boletos para el bus a Iruya, más chico, con porta equipaje arriba, muy parecido a los centroamericanos que llevan gallinas y chanchitos, nos advirtieron, en la boletería que estuviéramos 15 minutos antes de las 16 hs. Que era el horario de partida, para cargar la bici. Fuimos de recorrida por el pueblo y a las 1520 pasamos por la Terminal y vimos al micro con el portaequipaje lleno de bolsos, así que nos arrimamos y nos dijeron que cargaramos todo que yá salía subimos la tandem entre cuatro la atamos bien y no bien bajé del techo subimos al bus y salió nomás, la explicación fue: “hay gente esperando desde muy temprano” pero… el horario de salida es 1600 y son las 1530. “Donde fueres haz lo que vieres”, no es el horario el que manda si los pasajeros llegan temprano, el micro sale antes, ¡que tal!, luego de 76 Km de camino muy angosto y precipicios que son más agradables en bici que en bondi, en especial ése bondi que cantaban los cambios, tintineaban los paliers, y escupía piedras al vacío en las curvas, con unas cubiertas que parecían haber rodado desde la inauguración del camino, pero, todo esto con gran habilidad por parte del chofer, que no dejó de mascar coca en ningún momento. Al llegar al Abra paró 5 minutos, el rito de las piedritas en la apacheta, la oración a la Virgencita esta vez la realizó todo el pasaje. Peor resultó la bajada, en cuanto a camino, porque el conductor hacía las maniobras con suficiente precaución y la solvencia de conocer cada piedra del lugar. Llegamos a Iruya estaba a tope desbordaba gente por todos lados, peregrinos de otros pueblos, turistas de diversas partes del mundo, un mercado armado con carpas en el lecho de río seco, hasta la época de las lluvias que comienzan en noviembre, la fiesta y el baile duraban hasta el lunes.
Luego de disfrutar una hermosa muestra de fé en un pueblo que no teme expresar sus creencias y tradiciones con alegría emprendimos el regreso, con el acostumbrado ascenso rumbo al Abra de los Cóndores 4.000 MSNM, una altura ya conocida, no por eso menos embromada, el clima resultó fresco, había nubes blancas, típicos Estratos Cúmulus no se veían Lenticulares ni Cúmulus Nimbus, subimos hasta la meseta, a una altitud de 3.500 mts.
Almorzamos y tomamos unos atajos que suben más empinado, se llaman cortaderas, evitan las subidas en zigzag, acortan distancia. Utilizamos tres, las otras dos eran imposibles de trepar, parecían paredones, las usan para bajar, a medida que nos arrimábamos al Abra se nublaba más y en el último tramo, la típica cornisa con sus precipicios, nos cruzamos con Beatriz y Ricardo que viajaban hacia Iruya, con los padres de Ricardo y la hermana, nos volveríamos a ver a su regreso.
Comenzamos a ver Cúmulus Nimbus, con rayitos y truenos, luego el viento aumentó y se hizo frío, nos abrigamos más y como faltaba muy poco apuramos la cadencia y llegamos por fín arriba, esta vez fue rápido piedrita, rezo, foto y a bajar ya chispeaba, pero chispeaba en serio, unos relámpagos muy fuleros, mucho viento y la llovizna helada auyentában a cualquiera. Todo negro daba la impresión que se caería el cielo mismo, y ahí tan cerquita. Bajamos muy pero muy rápido, casi en un suspiro aumentó 10° la temperatura, paramos a desabrigarnos y de paso fotografiamos unos guanacos, con 10° de temperatura real hacía calor, era la falta de viento. Continuamos y llegamos a Rodeo, luego a Iturbe, ya oscurecía, arribando a la ruta 9 ya de noche, nos volvimos a cruzar con Bea y Ricardo, que nos ofrecieron llevarnos las alforjas hasta Humahuaca, la respuesta fue; “ muchas gracias, pero van con sobrepeso y nosotros vamos en bajada, con luces prendidas, a disfrutar bajar por asfalto con muy poco tránsito; al rato pasamos una camioneta que llevaba leña y después de varias curvas apareció una recta larga y con bajada, como de 6 o 7 Km , parejita, linda, consulto con el stocker, mi compañera de popa, si estaba de acuerdo en hacer bajada libre, respondió: “el asfalto está bueno, no hay transito y la luz alumbra de maravilla, dale nomás, que tengo hambre”, el placer de no pedalear es un vicio, mezclado con el vientito de la velocidad en la cara, más el vértigo, la hiperoxia, (aumento del Oxígeno por el descenso) se convierte en un mix muy interesante, nos devoramos la recta, en menos de 5 minutos y a poco ya vimos las luces de Humahuaca.
sigue en el próximo blog 3º Etapa casi 40 Km sin pedalear